Antes de que la edad de pavo empezara a los 10 años tuvo lugar mi infancia.
Una infancia tan poco traumática como glamurosa.
Lo que es una infancia estándar de los 80, en la que mis padres trabajaban, nos educaban mucho mejor de lo que creían y mi hermano y yo nos dedicábamos a jugar, a pelearnos y a protestar un montón.
En mi pueblo era lo habitual.
Todos en orden y todo controlado.
Además, cualquier persona mayor tenía autoridad para llamarte al orden si la liabas.
El caso es que en un intento de hacerme la interesante, me dio por despreciar toda la comida que me daban.
No un desprecio normal, uno con saña.
Ilusa de mi, si en algún momento pensé que yo iba a cambiar el objetivo de mi progenitores.
Ellos lo tenían claro, podían cambiar los pasos pero jamás el objetivo.
Un buen día mi madre me vendió convenció para ir a aun súper-campamento:
“Curso de innovación educativa en francés -con juegos y discoteca-”.
Eso con 10 años, en los 80 y en un pueblo de Cuenca era mucho más de lo que yo podía soñar.
El campamento duró 5 días, aprendí cosas importantes en cualquier idioma, me divertí mucho y perdí más kilos de los que me sobraban.
Allí descubrí lo que era la comida mala de verdad,
lo deliciosa que era la comida de mi madre…
y el alto precio de la ingratitud.
Sobre todo, porque desde que volví mi madre decidió reducir sus guisos.
Así que además de valorar su comida, consiguió que aprendiera a cocinar.
Oye, mano de santo el campamento.
Lo mejor, es que mi hermano que era un poco más pequeño, se aplicó lo de «lección aprendida aunque no vivida» y también aprendió a valorar y a cocinar.
El resultado fue que mis padres cumplieron su objetivo, porque lo tenían claro, igual que tenían claros los pasos que iban a dar, si algo no salía como esperaban, modificaban el camino y seguían.
Igual tuvo algo que ver que ellos, ya habían montado una empresa y sabían la importancia de tener un objetivo y una estrategia para conseguir resultados.
Si tu también quieres conseguir resultados pero no sabes cual es el próximo paso que debes dar para llegar a tu objetivo.
Puedes apuntarte aquí y empezar a conseguir objetivos.
PD: Todo mi respeto y admiración a esa legión de padres que con los cursos y recursos justos consiguieron tan grandes objetivos.